Los keyloggers, a menudo vistos como algo salido de una mala película de suspense o dirigidos exclusivamente a los jugadores en línea, son una realidad. Mucho más extendido de lo que se cree, este malware tiene la capacidad de causar daños muy graves. Aunque sus medios de distribución varían y pueden ser complejos, su funcionamiento es relativamente sencillo.
¿Qué es un keylogger?
Un keylogger es la contracción de «keystroke logger». Se trata de un dispositivo de software o hardware diseñado para registrar todas las pulsaciones realizadas en el teclado del ordenador. Además de las pulsaciones simples, algunos keyloggers avanzados también pueden capturar audio, vídeo e incluso información del portapapeles.
Los keyloggers pueden considerarse malware en algunos contextos, pero no siempre. He aquí una explicación detallada:
Keyloggers como malware: los keyloggers se utilizan generalmente con fines maliciosos, por ejemplo, por hackers para obtener acceso ilícito a contraseñas, datos de cuentas bancarias, información de tarjetas de crédito y otra información sensible. En estos casos, se clasifican claramente como malware.
Keyloggers con fines legítimos: sin embargo, existen usos legítimos para los keyloggers. Por ejemplo, el software de control parental puede incluir funciones de keylogging para permitir a los padres supervisar la actividad en línea de sus hijos y protegerlos. Del mismo modo, algunas empresas utilizan software de supervisión de empleados con funciones de keylogging para asegurarse de que los empleados no descuidan sus obligaciones, especialmente en entornos de trabajo remotos.
Casos prácticos sobre el uso de keyloggers
Caso Ankur Agarwal: en 2017, Ankur Agarwal se infiltró en dos empresas de Estados Unidos, instalando keyloggers de hardware en sus ordenadores para robar credenciales. También desplegó un keylogger de software para acceder a documentos confidenciales. Descubierto en 2018, este keylogger en serie fue condenado a una pena de prisión y a una cuantiosa multa.
Universidad de Iowa: el estudiante Trevor Graves utilizó un keylogger para alterar sus notas y las de otros estudiantes durante 21 meses. Fue detenido por el FBI tras detectarse cambios no autorizados en sus apuntes.
Keyloggers: software al alcance de todos
Los keyloggers no son coto exclusivo de ciberdelincuentes experimentados. Están al alcance de cualquiera en determinados foros de la Dark Web. Generalmente se venden como software o dispositivos listos para usar, y permiten que incluso usuarios con pocos conocimientos informáticos realicen actividades maliciosas.
¿Cómo puedo protegerme de los keyloggers?
Para defenderse de los keyloggers, son esenciales varias medidas:
Software antivirus: la primera línea de defensa es utilizar software antivirus de primera calidad. Estas herramientas pueden detectar y eliminar los keyloggers de software que puedan estar presentes en su dispositivo.
Medidas de seguridad estándar: adopte prácticas de seguridad, como la precaución con los correos electrónicos de fuentes desconocidas y los enlaces dudosos. Evite hacer clic en enlaces o abrir archivos adjuntos de fuentes no verificadas.
Gestores de contraseñas: se recomienda utilizar gestores de contraseñas para evitar escribirlas directamente en el teclado, lo que reduce el riesgo de que sean capturadas por un keylogger.
Actualizaciones periódicas: asegúrese de que el sistema operativo y el software se actualizan constantemente para corregir cualquier fallo de seguridad.
Utiliza teclados virtuales (opcional): Para tareas delicadas, considere la posibilidad de utilizar un teclado virtual, especialmente al introducir contraseñas.
Vigila el comportamiento del dispositivo: mantente alerta ante cualquier comportamiento inusual en tu dispositivo que pueda indicar la presencia de un keylogger.
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Si sospecha de la presencia de un keylogger, ejecute inmediatamente un análisis antivirus completo, cambie sus contraseñas en un dispositivo seguro y, si es necesario, consulte a un profesional de la ciberseguridad. En cualquier caso, aunque una VPN puede ayudar a proteger su tráfico de Internet, no protege contra los keyloggers ya instalados en su dispositivo. La vigilancia y una buena higiene informática siguen siendo sus mejores aliados contra esta plaga.
Conclusión
Los keyloggers no son software ficticio, ni están dirigidos exclusivamente a nichos o empresas específicas. Son una amenaza real en el panorama de la ciberseguridad, explotada tanto por delincuentes experimentados como por quienes se inician en la ciberdelincuencia. Entender cómo funcionan y su potencial dañino es un paso importante para hacer más segura nuestra información personal y empresarial.